El hierro negro puede ser más susceptible a la oxidación y la corrosión  en comparación con el hierro galvanizado, por lo que a menudo se le aplica una  capa de pintura o se le trata con otros métodos de protección para prolongar su  vida útil. Es ideal para aplicaciones donde se requiere una alta resistencia  estructural y donde la exposición a elementos corrosivos es mínima o  controlada.